domingo, 14 de dezembro de 2014

Expertos en el Camino piden endurecer la legislación para combatir el mercantilismo

Reunidos en Villafranca, elevarán un escrito a las administraciones, a la UE y a la Iglesia con los principales problemas de la Ruta Jacobea.


Esther del Castillo, del Icomos, organismo de protección patrimonial. Villafranca del Bierzo se ha convertido este fin de semana en el principal foco de atención en lo que al Camino de Santiago se refiere con la organización de un foro de relevancia mundial desarrollado por la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago que tiene como objetivo aunar las propuestas de varios expertos internacionales y elaborar un escrito que será remitido a todas las administraciones de España, a la Unión Europea y también a la Iglesia.

 Dado que esta asociación no tiene capacidad de legislación pero sí conoce de cerca las deficiencias y problemáticas que empañan la imagen de este itinerario de peregrinación, su fin es plasmar sobre el papel una serie de medidas que confía en que sean aplicadas. Entre ellas está la lucha contra el mercantilismo que en buena parte se ha apoderado del Camino de Santiago en la figura de esas personas que, sin licencia de ningún tipo, pretenden aprovecharse económicamente del trasiego de peregrinos.

 «El tema más candente es el relativo a la acogida, la infraestructura de albergues y hospitales de peregrinos. Hay mucha picaresca. Hay una legislación pero nadie se preocupa de hacerla respetar. No hace falta ser detective para saber quienes son los que se encargan de acoger ilícitamente a peregrinos, haciendo competencia desleal a los establecimientos que están dados de alta y que pagan sus impuestos», explicó la presidenta de la fraternidad organizadora, Carmen Plugiese, para quien la solución pasa por endurecer la legislación y las sanciones para proteger a los peregrinos y a los propietarios de negocios legalmente establecidos.

 En este sentido, esta italiana experta en la Ruta Jacobea hizo especial hincapié en la posibilidad de que durante su estancia en uno de estos alojamientos ilegales, el peregrino puede sufrir un accidente y, entonces, no habrá seguro de responsabilidad civil que cubra los daños.

 La señalización paralela es otro de los grandes problemas que en España empaña el Camino. Promovida por aquellos propietarios de negocios que pintan en el suelo una flecha amarilla, desviando el itinerario de su recorrido histórico para beneficiarse económicamente, este tipo de práctica flaco favor hace a la imagen del Camino de Santiago, según denunció Plugiese, para quien el camino aúna en una misma figura un aspecto turístico y otro de culto que hay que ensalzar. Por ello, hecha en falta más participación de las diócesis y por ello hasta ellas llegará también el escrito de propuestas.

 «El Camino es un itinerario de peregrinación y la implicación de la Iglesia es escasa. Su implicación tenía que ser mayor como apoyo al peregrino y también como apoyo al turista», consideró la presidenta de la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago. Abrir las iglesias para que la gente puede visitarlas sería —para Plugiese— una forma sencilla de colaborar. Y es que ella misma defendió que más que recursos económicos, para solventar las deficiencias del Camino hacen falta «sentido común y buena voluntad». No hay que olvidar que el Camino es un recurso económico de primera índole. Más de 200.000 peregrinos han pasado por España este año y su actividad supone en Galicia el 10% del PIB.

 En el foto de Villafranca participan más de cien estudiosos y expertos llegados de Japón, Corea, Estados Unidos, México, Brasil, Francia, Bélgica, Alemania, Italia o Portugal.

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